La resistencia sigue y ya van 5 días. Esta okupación de tierras y casas llevaba varios meses de intensa actividad, de trabajo en común, de organización, de lucha... que ahora está sufriendo el desalojo por parte de la policía.
SI NOS EXPULSAN REGRESAREMOS

La ilusión, el sueño, el empeño, la lucha planta cara para evitar la destrucción de la naturaleza, no podrá construir su sucio aeropuerto.
En el norte de la Francia, cerca de Nantes, hay un colectivo que
resiste desde hace más de cuarenta años en una region amenazada por la
construcción de un aeropuerto internacional. Este proyecto debería
aterrizar sobre 1650 hectáreas de tierras agrícolas y aldeas. El nombre
de esta tierra es ZAD: “Zona de ordenación en Diferido” en lenguaje
administrativo, “Zona A Destruir” para los políticos y empresarios,
mientras que para la gente que aún vive allí es una “Zona para
Defender”.
Actualmente se encuentran más de cien personas viviendo en unas 30
masías ocupadas y casas autofabricadas en todo el territorio. En los
últimos meses los activistas que se dedican a la protección de esta zona
han sido reprimidos de forma violenta por la policia francés y todas
las ocupaciones están amenazada de desalojo a partir del pasado 15 de
marzo.
Cuarenta años de resistencia
Hoy en día la resistencia está llevada a cabo sobretodo por activistas
llegados desde muchas partes del mundo, en gran porcentaje jóvenes entre
los 20 y 35 años. Sin embargo esta lucha ha empezado a mediados de los
años 60, cuando a pesar de la existencia del aeropuerto de Nantes, los
tecnócratas del gobierno francés decidieron que se necesitaba otro a
menos de 30 kilómetros de distancia, en Notre Dame de Landes. En poco
tiempo los campesinos entendieron que el nuevo aeropuerto y las
autopistas para conectarlo al resto de Francia hubieran destruido todos
sus cultivos y decidieron organizarse.
Los miembros del sindicato local que representa a los agricultores
encabezó la resistencia durante los primeros meses de 1972, dando vida a
la ADECA (Asociación de agricultores afectados por el aeropuerto). Las
manifestaciones comenzaron a finales de ese año coincidiendo con la
cosecha de maíz de 1973.
Los campesinos en aquellos años denunciaban la falta de democracia
participativa en la toma de decisiones en respecto a sus tierras y la
usurpación de su sustento para sobrebrevivir por parte de las fuerzas
políticas en beneficio del “progreso”.
Sin embargo la crisis del petróleo de 1979, convenció a los políticos
y a los empresario de que el proyecto era inviable, y fue así como
permaneció inactivo hasta el 1998, cuando algunos políticos de izquierda
y derecha hicieron que el gobierno volviera a aprobarle.
El cultivo como acción directa
Así como el proyecto del aeropuerto, también la resistencia volvió a
florecer con la ocupación de las tierras abandonadas o expropriadas por
parte de la comunidad ecologísta internacional, que ha decidido dividir
su estratégia de resistencia en dos prácticas: por un lado la
realización de acciones directas en contra de la construcción del
aeropuerto y por otro lado la cultivación de las tierras fértiles para
la subsisténcia autónoma del colectivo.
Muchos de estos cultivos ocupados son propiedad del gobierno local.
Estos fueron comprados a los agricultores de la zona a un precio
subvaluado con el fin de atraer a los turistas en el “far west” de
Francia. ¿Pero por qué estas familias de agricultores, muchos de ellos
dueños de estas tierras desde hace generaciones, han dejado sus hogares y
vendido sus propriedades por tan poco dinero?
“La mayoría de las familias campesinas se han trasladado a la
ciudad”, comenta el señor Fresnaeau, campesino y veterano de la
resitencia en Notre Dame de Landes. “Muchas veces se trata de un
problema generacional. Las generaciones más jovenes quieren vender la
tierra y seguir las brillantes luces de la ciudad, tienen una concepción
diferente de la vida. Creo que esta lucha familiar sea una metáfora de
una lucha más amplia. De los que todavía estan conectados con la tierra y
de los que quieren el progreso. ¿Pero para qué? ¿Adonde nos llevará
este tipo de progreso?”
Turismo y gentrificaciòn
Cada vez más, en Europa, la costrucción de estas grandes obras se basa
sobre el falso consentimento de la población obtenido a través de
procesos democráticos simulados. De esta forma, se han organizado muchos
debates sobre la construcción del aeropuerto, pero los resultados de
estas reuniones estaban siempre manipulados por los partidos políticos
tanto de izquierda como de derecha, unidos en un cómodo matrimonio a
favor del desarrollo neoliberal del país.
A través de la investigación detallada llevada a cabo por estudiosos
independientes se ha descubierto que los argumentos de los especuladores
y los políticos sobre la necesidad de un nuevo aeropuerto en Nantes son
totalmente falsos.
Una de las razones de los partidarios del nuevo aeropuerto parece
residir en lo que Nantes puede llegar a ser gracias a esta obra. La
imagen de Nantes como una ciudad portuaria industrial está dando paso a
un centro moderno de cultura. Esta transformación está empujando a la
clases populares en las afueras de la ciudad, mientras que el centro se
llena de hoteles, aparcamientos y bares / clubes, según una estetíca
pensada para atraer a los turistas y estudiantes adinerados. El nuevo
aeropuerto, entonces, no es el resultado de una necesidad sino una
herramienta en el proceso de gentrificación. El desalojo de los
campesinos para la llegada de turistas y de la media burguesía es un
ejemplo simple de lo que está sucediendo en un sinnúmero de ciudades
occidentales.
Las eco-mentiras
Los partdidarios de este proyecto lo justifican diciendo que se trata de
un “aereopuerto ecológico”. De hecho VINCI, la multinacional encargada
de la construcción del aeropuerto, ha pensado de dar la posiblilidad a
una asociación de agricultores de vender sus productos en el
“duty-free”. Este esfuerzo simbólico no puede bastar a recompensar la
usurpación de muchas granjas y tierras de cultivo. Pero esta fachada
será suficiente para que el turista de paso pueda comprar el mito del
aereopuerto ecologicaménte sostenible.
Hay que destacar que Nantes ya está perfectamente conectada con París
a través una linia tren de alta velocidad, y también que las emisiones
de carbono por pasajero son casi un 80% menor para aquellos que tomen el
tren y no un vuelo. Declarar que una aeropuerto pueda ser ecológico es
contradictorio, pero necesario si se considera el fenomeno del
greenwashing, o sea el utilizo de una máscara ecologista, para un
proyecto contaminante. En caso específico es un factor importante para
el aburguesamiento de Nantes, la Capital verde de Europa para el próximo
2013.
Gracias a esta larga resistencia el progreso del aeropuerto se ha
retrasado por años. Una de las tácticas utilizada es bloquear las obras
de análisis del territorio, aunque ahora se haya vuelto mucho más
dificil a causa de la intervención de las fuerzas de orden a protección
de los obreros. Lo que hace pensar en una futura militarización de la
zona. Sin embargo el colectivo activista ha declarado su voluntad de
resistir al desalojo no obstante la amenaza de la intevención militar.
La ZAD se constituye de treinta diferentes campos y casas ocupadas.
Algunos no son más que una colección de caravanas rodeadas por campos de
cultivo, mientras que en el bosque hay casas en los árboles a unos 20
metros en el aire.
“¿Yo irme? ¡No! Van a tener que sacarme de aquí y ponerme en un hogar
para jubilados. Mi familia ha vivido en esta finca desde el siglo 19.
Mi bisabuelo, abuelo, padre y yo hemos pagado por esta tierra con
nuestro sudor y trabajo. No me iré por mi propia voluntad “, concluye el
Sr. Fresneau y los que han venido desde lejos están más que dispuestos a
estar a su lado y cultivar esta tierra olvidada hasta que llegue el día
de su defensa
Copiado de http://es.squat.net/tag/zad/.
Ellxs: Tomado de
http://solamentescrittura.blogspot.it/2012/08/le-zad-historia-de-la-resistencia.html
Toda nuestra solidaridad con l@s compañer@s que luchan por evitar la destrucción de la Tierra. Un desolojo otra okupación.
Otra vez más la megamáquina ataca lo poco que nos queda, esta vez para construir un aereopuerto.