Como de una auténtica romería se aprecia en la imagen la subida al
Everest. Para algun@s nada nuevo pues desde la plataforma de Gredos al
refugio Elola lo ha visto más de un finde. Aunque distan de ser
realidades completamente diferentes, empezando por el precio y
terminando por el impacto ecológico provocado.
La pregunta que hay que hacerse es: ¿Cuánto cuesta subir un ochomil? Si al vuelo le sumas la comida, los visados, los permisos correspondientes para pisar dicha cota de altura, los seguros, el material, estancia de 2 meses, el cocinero, los serpas, los porteadores de altura y de bajura, el militar pakistaní que te acompaña (obligatorio en Pakistán pagarle como si de otro de la expedición se tratará) ,... y si además le añades el precio de que te suban, una empresa privada por supuesto. Pues conseguimos una cifra de 20.000 euros o más, 50.000 podían ser.
En definitiva, un deporte para ricos. Si un deporte porque el montañismo no se ve por ningún lado en esas colas de cuerda fija y oxigeno embotellado (Que como alguno comento, encima tiran las botellas para la cara norte, a lo piedra que rueda no coge musgo)
En estos días los mineros nos demuestran que existen otras formas de subir a la montaña.
La lucha es lo único que les queda.
Pero como siempre, los mismos en un lado (los de verde, marrón o azúl) y el pueblo en otro. Por lo menos los del GREIM nos rescatan en la montaña.
8 jun 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)